lunes, 31 de diciembre de 2012

The End.

Querido DosMilDoce,

te reté a que me sorprendieses. Lo has hecho. Te reté a que me cambiases. Definitivamente, lo has hecho. Es una suerte que sólo hayamos tenido que convivir trescientos sesenta y seis días -encima, eres bisiesto- porque, si hubiesen sido más, posiblemente habría acabado matándote. Tú lo has intentado conmigo. Por suerte o por desgracia, soy más lista, más fuerte y más cabezota que tú. Es difícil acabar conmigo. Algo así como que las malas hierbas resisten el pesticida.

No te ofendas por lo que te voy a decir, pero no voy a echarte de menos. Me has quitado casi todo lo que tenía, y he tenido que luchar con todas mis armas para obtener las compensaciones que merecía. Eres un tacaño, DosMilDoce. Y un ruin. Pero, ya lo sabes, mi suerte tiene mejores abogados que tú.

Podría hacer un repaso del año pero, sinceramente, me da mucha pereza. En sólo ocho mil setecientas ochenta y cuatro horas han pasado demasiadas cosas, demasiado malas y demasiado buenas. Sí, lo reconozco. Este año ha sido intenso por ambos extremos.

¿Sabías que para forjar una espada hay que calentarla al rojo vivo y luego enfriarla con nieve? Pues eso has hecho tú conmigo. Y me has hecho más fuerte. Más flexible. Más potente. Si volvieses a empezar, te lo aseguro, esta vez no me rompería. Tengo el corazón de mimbre.

Me despido de ti, querido DosMilDoce, con una reverencia. Hay que respetar a los más poderosos enemigos, y tú te lo has ganado. Pero ahí tienes la puerta, y doce campanadas para irte. Ojalá lleves tanta paz como dejas.


A todos vosotros, que habéis estado a mi lado, gracias. No podría haber tenido mejor ejército. Espero que yo también haya sido un buen peón este año, y contad conmigo para la partida del que viene.

Y a ti, DosMilTrece... Bienvenido. Tengo muchas expectativas puestas en ti. No me decepciones.

viernes, 7 de diciembre de 2012

V. Todo.

Recorría la vida a tragos. Devoraba el calendario. Todo era un suspiro y pasado. Sin puntos suspensivos, sin comas, sin pausas para respirar. Sin saborearlo, glotona, tragaba los momentos sin masticar. Casi con gula, no había acabado un día cuando ya ansiaba el siguiente, sabiendo que no le bastaría. Que no había tiempo en el mundo que pudiese satisfacerla. Porque ya había quemado toda la felicidad asignada y ahora, vacía, se dedicaba a engullir las horas por vicio, sin recompensa, sólo por la satisfacción de poder decir "lo he vivido todo". Aunque no hubiese sentido nada.


(¿Alguien se acuerda de estos microrrelatos? Bueno, pues ya llegan los tres que faltaban)

martes, 20 de noviembre de 2012

Marcada


Quién habría dicho que acabaríamos así… Tú, yo, la luna llena y la noche más larga de mi vida. Al principio sólo estaba yo, claro. Tú llegaste después. Aunque llegar es un eufemismo para lo que pasó realmente: tú irrumpiste. Sin preguntar, sin avisar, sin ni siquiera presentarte… Te plantaste en medio de mi vida y le diste la vuelta por completo. No sabía que algo así podía suceder en tan pocas horas, pero lo cierto es que no pareces el tipo de persona que vive despacio. Quizás seas como los viejos rockeros, y sigas su mismo lema: vive deprisa, muere joven y deja un bonito cadáver. Aunque, la verdad, disfrutas tanto de la vida que no creo que tengas valor para abandonarla temprano.
Al principio de esta noche eterna, el sol seguía brillando en el cielo. Cuando salí de casa, con prisas, como siempre, la luz aún jugaba al escondite entre los altísimos edificios. Yo me peinaba con los dedos y me ponía color en los labios. En ese momento, no alcanzaba a imaginar que al final de aquella noche mi vida, y yo misma, sería totalmente diferente.
Todavía no sé qué hiciste, qué dijiste, qué resorte tocaste, para transformarme en una persona completamente nueva. Quizás fuese tu olor, esa mezcla de colonia y chocolate que te hacía parecer recién salido de una pastelería. Quizá esa sonrisa, tan abierta, como si nunca te hubiesen hecho daño. Puede que fuese saber que, después de esa noche, no te volvería a ver. El tener tan poco tiempo para conocerte, para que me conocieses, para dejar una huella en tu vida de la misma magnitud que tu sello en la mía, me cambió.
Estoy marcada. Ahora, cualquiera que me mire sabrá que te conocí. Y que te perdí.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Maestros.

Me gusta, me encanta, el Club de los Poetas Muertos, no porque Robert Sean Leonard esté más monérrimo que en el resto de su carrera, ni porque me encante Robin Williams, ni siquiera por la poesía, aunque claro, Whitman siempre será Whitman. 

Me gusta, igual que Los chicos del coro o La lengua de las mariposas, porque trata de cómo un profesor llegó a una clase para salvarlos del aburrimiento, del titulismo, de la apatía que aplasta el alma y las mentes de aquellos que no saben por qué estudian ni por qué viven. Porque si la carrera de magisterio está tan poco valorada en España es porque somos un país de pandereta, un país de ignorantes. No sabemos, no somos conscientes del tiempo que pasamos en el colegio, en el instituto, en la universidad. No queremos darnos cuenta que, durante esos años vitales en los que se crea todo lo que serás durante el resto de tu vida, pasas más de la mitad del día en el colegio. Adquiriendo conocimientos, claro. Matemáticas, Química, Griego, TICs... Son, como se dice, disciplinas nobles y necesarias para dignificar la vida.

Pero la vida no es digna. La vida es injusta, dura, cruel y maravillosa. Y, aunque nadie puede enseñarnos a vivirla, un buen profesor cuenta con el tiempo, la posición, las infinitas posibilidades, de abrirnos los ojos, de sacudirnos, de pegarle un chispazo a las neuronas y decir, ¡Eh! ¡Estás vivo! ¿No te das cuenta? Tienes dos manos para tocar, dos ojos para ver, piernas que te llevarán a cualquier parte, un cerebro tan nuevo que puedes moldearlo a tu antojo. Puedes ser lo que quieras. Serás joven, pero no eres insignificante. Eres el futuro y, como tal tienes que vivir y sentir.

No comprendo a los profesores que se limitan a dar su asignatura. Los profesores cuyo único afán es demostrar que ellos son más listos, que tienen una especialidad, mientras que tú, pobre estudiante, no sabes nada. No entiendo qué sentido tiene ponerse a educar si te da pereza.

Gracias a Dios, yo he tenido profesores maravillosos, de gritar "¡Oh capitán, mi capitán!" en cada clase. He tenido de los horribles, claro. Pero al final, esos no cuentan. No se les recuerda. Sólo quedan para siempre aquellos que te invitaron a pensar, a emocionarte, a ser persona.

Hay que ser extraordinario para ser no profesor, no catedrático, no experto. Maestro.



¿Cuál será vuestro verso?

martes, 30 de octubre de 2012

Si me llamaras...

Es extraordinariamente difícil escribir en los momentos felices. Contar cómo te acariciaba el pelo y tu olor se me quedaba en las manos, lo confortante de tu sonrisa de chocolate, tu afilada carcajada hundiéndose en mis costillas como viento. Poco puede interesar que derramé océanos candentes al ver que no te perdía, que despertaba y tus dedos de niña seguían enredados en mi sábanas; que mi maldición, un día más, no te había expulsado de mi vida. No habría sabido expresar entonces las puñaladas de tus besos, los tatuajes que dejaron tus dientes en mi espalda, la dicha encerrada en un dolor que sólo tú podías proporcionarme. Y es que en aquel momento, no éramos dos ni una, sino algo más y poco menos que nada.

Mis pesadillas resultaron ser ciertas; siempre he tenido el don de la clarividencia. Pero en aquellas noches, despertaba, y te notaba cerca, tu respiración me hacía cosquillas y se me olvidaba que soy un poco bruja en lo que a desgracias se refiere. Y abrías esos ojos, milagros oscuros en los amaneceres de sangre, y nada malo podía ocurrirme.

Era difícil hablar de ello, porque era mentira, pero yo no lo sabía.

jueves, 25 de octubre de 2012

So Filóloga

Cuando dices que estudias Filología Hispánica, a mucha gente se le afloja la sonrisa mientras dicen "Ah, qué bien, qué interesante, ¿no?". Otros son más directos, "Pues seguro que serás una profesora de lengua estupenda". Pocos, pero suficientes, son directamente desagradables: "¡Bienvenida al paro!".

No dejan de tener razón. La cosa está muy mal y, si no hay trabajo para la gente que hace cosas útiles, como ingenieros o arquitectos, ¿cómo lo va a haber para la friki que se dedica a hacer tesis sobre el sufijo -dor? Lo más sensato sería dejarlo, meterme a ADE o, mejor aún, a un módulo de electrónica o algo así, y ponerme a trabajar cuanto antes en las condiciones que me ofrezcan, por lamentables que sean, y encima dando las gracias. Porque no hay futuro para la juventud.

Pero, ¿sabéis qué? Que no tengo ni veinte años. que tengo futuro. Con un poco de suerte, décadas maravillosas están esperando a que las camine. Así que no pienso conformarme. Es ahora el momento de creer que en tres años me graduaré con buenas notas, haré un máster en edición y me iré a vivir fuera un tiempo -ojalá, Italia- para, al volver, tener vida suficiente como para escribir mil novelas. Y las escribiré y publicaré y viviré de mis libros, o de los de otros -quizá descubra al a próxima JK Rowling- mientras hago unos estudios interesantísimos que me llevarán, cuando ya sea muy mayor, a dirigir la RAE.

Es ahora, o nunca.

Porque no tengo ni veinte años, y no pienso hundirme ni conformarme. La juventud es mi oportunidad, y mi obligación, de soñar.


viernes, 5 de octubre de 2012

El miedo.

He de admitir -y me duele hacerlo- que, salvo contadas ocasiones, no me gustan mucho los gatos. No veo por qué debería gustarme tener en casa un animal que no sólo no se alegrará de verme, sino que me perseguirá por los pasillos planeando cómo matarme y que, incluso, llegará a atacarme si no satisfago sus principescas necesidades. 

De hecho, ahora mismo estoy robando un ordenador ajeno (ya hablaremos, manzanita VS ventanitas... ya hablaremos) y la dueña de la casa, que no es la dueña del ordenador sino su gata, está subida a la mesa, mirándome desde el otro lado de la pantalla. No le gusta que esté aquí. Me mira fijamente. Y sé que ya conoce mis debilidades y está pensando cómo usarlas contra mí. Y tengo mucho, mucho miedo.

El miedo es una cosa total y absolutamente irracional. En mi caso, además, estúpida. Me dan miedo las arañas más diminutas, pero a una pitón de cuatro metros me acercaría sin problemas. Cuando la casa está a oscuras, tengo que ir corriendo al baño -ya se sabe que en estas casas modernas hay monstruos escondidos en cada esquina-, pero cruzo una calle de siete carriles sin correr. Me aterroriza de esta gata, pero no una banda de gitanos armados y con ganas de gresca -ventajas o temeridades de vivir a cinco minutos del Ruedo, supongo...-.

Podría seguir contándoos mis miedos -irracionales- y mis temeridades -absurdas- pero Michu ha empezado a menear la cola, y tanta cordialidad me da mala espina. Voy a encerrarme en el cuarto del bebé hasta que lleguen sus padres, con un poco de suerte no sabrá abrir puertas.

lunes, 1 de octubre de 2012

Lluvia.

Es algo curioso, la lluvia. Fascinante cuando estás a cubierto, con una mantita y palomitas. Algo digno de ser mirado, escuchado, olido y disfrutado durante horas desde una ventana. Toda una imagen de película romántica que, como por arte de magia, trastorna las melancolías y nos hace mucho más vulnerables a su ataque.

Algo que, cuando no tienes dónde refugiarte, te arruina. Aunque sea fina, va calando, metiéndose, sibilina, por donde menos te lo esperas, alcanzando rincones que ni sabías que tenías, haciendo fría la ropa, pegajoso el pelo y pesada el alma. No valen las capas de ropa ni los tejidos impermeables porque, al cabo de tres horas, no quedan cosas secas en el mundo. La lluvia lo alcanza todo, tarde o temprano. Incluso en el desierto más largo de mi vida, incluso en las largas noches de sequía, al final, te encuentra.

La lluvia me encontró este fin de semana. Literalmente, por supuesto. Seguro de que os enterasteis porque, ahí fuera, el cielo caía sobre nuestras cabezas. Pero también me ha mojado por dentro. Y, aunque mis zapatos -por fin- ya están secos, yo sigo encharcada.

Te había echado de menos, corazón. Llevabas mucho tiempo apagado. La pobre intuición no se había dado cuenta de que sólo la música podía resucitarte. Menos mal que los locos lo saben todo.


viernes, 21 de septiembre de 2012

Kids.

Los adultos no entienden nada. Las personas mayores aman las cifras. Los niños deben ser muy indulgentes con las personas mayores.

Porque los niños sí saben lo que es importante. Entienden cómo son los besos y qué es un abrazo de verdad, sin pararse a pensar en las convenciones sociales o en la incomodidad. Comprenden las miradas y las sonrisas, los tonos de voz, la música de las canciones. Incluso la letra. Y cuando la cambian no es porque no se la sepan, es porque saben más que nosotros.

Los niños saben que los perros no hacen ggrrrarf!. Los perros hacen guau, guau. Y un cocodrilo adecuadamente sujeto (con fuerza, no se vaya a caer) puede ser una llave. Dos palmas unidas son el comienzo, el medio y el final de una amistad eterna. 

Los niños saben que los cuentos se leen en la cama, tapado con una manta calentita y apoyado en un hombro cariñoso. A ser posible, con dibujos, porque una imagen dice más que mil palabras. No hay, de todas maneras, tantas palabras importantes. Mamá. Papá. Abela. Tía. Primas. Cocha. Madrid. Los nombres de los tres o cuatro amigos que tenemos de verdad y, a lo mejor, Palmira.

Los niños son el pasado de todos, los recuerdos en sepia con olor a mantequilla y a pueblo. Son el presente de esta casa siempre llena de juegos, de por favores, de Gracias. Son mi futuro, tan cierto como el aire que respiro.

Las niñas, mis niñas, son una de las verdades más vivas que han pisado esta ciudad.



"Y mientras el dolor cae ardiendo por mi cara, una risa de sólo dos años y medio se cuela en mi cama y me rescata del infierno".
(Microrrelato: La mañana siguiente).


lunes, 17 de septiembre de 2012

Volver a empezar... ¡Otra vez!



Espero que cierto alcalde de cierta ciudad de postín me perdonará el que le robe esta imagen, pero es que me siento tan identificada... Miradme. Soy esa niña de la mochila roja con cara de pena.

Efectivamente, hoy he vuelto al cole. Y todo pintaba fatal: recién aterrizada del universo de DC Comics, un lunes, con huelga de Metro y Renfe, sólo para una hora que, encima, era Fonética y Fonología (que, para aquellos profanos en las humanidades, es una asignatura que da mucho miedito). Yo he salido de casa preparada para sobrevivir a Jackass.

Pero resulta que he tardado hasta menos de lo que debería en llegar, y el campus estaba hasta bonito, y resulta que sí, incluso echaba de menos a algunas petardas. Y que, mágicamente, el día me ha ido dibujando sonrisa tras sonrisa.

He tenido uno de los mejores veranos de mi vida. Puede que el mejor de todos. Bueno, bonito y barato. Pero, ¿sabéis qué? Creo que no lo voy a echar de menos. Creo que los madrugones y las tardes de biblioteca y las vacaciones estudiando y las interminables clases de dos horas esconden algo bueno. Que el Jefe, como siempre, me va a sorprender.

Porque, ya se sabe, lo que bien empieza...

PD: Come to the dark side. We have cookies ;)

PPD: Sí, lo sé, me quedan tres Pecados. Actualmente se encuentran presentados a un concurso así que, de momento, tienen que permanecer inéditos. Cruzad los dedos por ellos y, con un poco de suerte, en Octubre se reunirán con sus hermanos.

miércoles, 29 de agosto de 2012

IV. Mariposas blancas.

Se pasaba horas contemplándolas. De mil colores, blancas, incluso negras. Tenían una belleza inconstante, huidiza, insomne. No obedecían más que al viento y su vida era tan breve que no llegaban a rozar el dolor. Se le antojaban incluso, en ocasiones, perfectas.

Se pasaba horas contemplándolas. Y un día, en un instante de lucidez, se encaramó a su ventana. Se puso de puntillas, temblando. Tenía envidia de las mariposas. Y sin pensarlo, saltó. Saltó tan alto, que voló y voló. Voló hasta que el viento le hizo jirones las alas. Y batiendo tristemente los restos de un sueño... 

Cayó.

miércoles, 22 de agosto de 2012

III. Carta para nano.


Nunca te dije lo mucho que llegué a quererte, nano. Me dio pereza. Buscar las palabras, el momento, la mirada, para ser sincero sin agobiarte… Nunca te dije hasta dónde llegaba mi amor por ti. Tampoco te dije cuánto te odiaba. Te llevaste a la chica más guapa de la clase y no viste mi cara de perro apaleado. Deberías haberte dado cuenta, nano, pero siempre fuiste un poco corto. Por eso te quise tanto. Y ahora, no puedes oírme, y te hablo. No me da ya pereza, nano, decirte que te he amado desde los ocho años.

jueves, 16 de agosto de 2012

II. La reina del baile.


Sola. Lejos de todo el mundo, como siempre. Así era el éxito, solitario y dulce. Sonrió a su reflejo y al de su amiga. Su amiga, que no la sonreía. Su amiga, que respiraba poco y a empujones. Su amiga, que de pronto la agarró del vestido y la golpeó con fuerza. Una, dos, tres veces. Cuatro veces, nuca contra porcelana. Ganó el frío y la sangre, ensopándolas.
La observó. Con ira. Con desprecio. Con dieciséis años a su sombra crispándole la sonrisa. Cogió un rizo rígido, empapado de escarlata.
–Que pongan una corona ahora en esa cabeza tan bonita…

sábado, 4 de agosto de 2012

I. Mío


Avaricia. Avaricia de sus manos de dedos largos, de sus ojos verdes, de sus sonrisas. Avaricia de sus rizos castaños y su voz limpia. Avaricia de su tiempo, el libre y el comprometido. Avaricia de lo que fue mío y ahora derrama en otras. Avaricia, codicia, egoísmo. Si no es mío, de nadie. Mejor que se muera. Avaricia de las palabras que ya no me dedica, de sus sueños, de sus dientes, de su espalda. Avaricia de todo lo que me ha pertenecido y ahora, cabrón, traidor, desleal, mentiroso, derrama en otras. No avaricia, sentido común. Porque él es mío.

lunes, 30 de julio de 2012

Los siete pecados capitales.

Cien palabras para tus vicios. Cien palabras para la perdición, cien palabras como cien pasos camino al olvido. Apenas un suspiro y la muerte, sigilosa, llama a tu puerta.

Lo bueno, si breve, dos veces bueno. No sé si bueno, pero el pecado es rápido, urgente y breve.

Y breve lo he escrito.

Próximamente...

martes, 24 de julio de 2012

Here's to us.

Hay gente que, sin pretenderlo, te cambia la vida para siempre. Llegan un día, y se abren paso a empujones, y se instalan cómodamente dentro de ti. Grabados dentro de tu corazón. A veces, una sola frase actúa como el fuego (o como el agua, si vienes del Oeste...). Puede que durante años no les hayas prestado atención, y siete palabras después... Bam. Ya no eres la misma. Porque ellos están ahí.

Me gustaría brindar hoy por esa gente. Por esa gente que te quiere aunque seas una bruja verde. Esa gente que te ha visto llorar. Esa gente que te recoge cuando caes, aunque sea una caída desde el cielo. Esa gente que te anima a desafiar la gravedad. Esa gente que cubre tus gallos y tus desafines al precio que sea.  Esa gente que siempre tiene un "Estoy aquí para lo que quieras" en la boca. Esa gente que te hace sonreír en la noche más larga de tu vida.

Me gustaría brindar por la gente que no se limita a chocarse contigo, sino que se aferra a ese momento de unión y no te suelta. Esa gente que te enseña de qué va esto de vivir, si es que alguien puede darte semejante lección en once días. Hay gente, os lo aseguro, que lo consigue.

En once días he vivido, sentido, querido, odiado, llorado y reído más que en el resto del año. Me he curado. Me gustaría brindar también por eso.



I'll remember the way that you changed me

viernes, 22 de junio de 2012

Intuiciones.

Hay ciertas cosas que cuentan mucho de las personas que las poseen. La mochila, el móvil o la ropa, por ejemplo. Tu casa, sin embargo, tu habitación, es aquello que más te define. Para mí, mi habitación es lo que soy, es lo que refleja lo que me gusta, mis prioridades, mis objetivos. Yo. Es el sitio en el que no tengo de esconderme de nadie, es más, es el sitio en el que me escondo de los demás. Fuera, soy una persona. Y dentro, soy yo. Yo, con mis libros, con mis películas y mis series, mis pesadillas, mis recuerdos, mi acumulación absurda de pequeños objetos que, gracias a esta memoria que Dios me ha concedido, guardan historias enteras. Nunca publicaría una foto de mi habitación. Es algo demasiado íntimo, a pesar de que la entrada y salida de gente sea continua e indiscriminada.

Me hace gracia cuando la gente entra en mi cuarto y empieza a curiosear. Es una reacción común; al parecer, tengo muchas cosas. Me gusta estar rodeada de mis cosas, de todo eso que yo exclusivamente he decidido que esté ahí. Así, estoy continuamente asaltada por sensaciones, recuerdos, asociaciones; estoy siempre activa, mi mente no se para nunca. Seguramente, si me metiesen en una celda de paredes blancas y nada más, me pasaría lo mismo, pero me gusta más tener cosas a mi alrededor que me estimulen. Culpo de esto a mis hermanos, por cierto. Siempre he estado sobreestimulada y, claro, así he salido.

Pero todo esto no venía a contaros cómo es mi habitación o lo profunda que me pongo respecto a acumular mierdecillas en la estantería. Esto venía a que, igual que se puede saber bastante de mí si sabes mirar mi cuarto, quiero pensar que yo puedo saber bastantes cosas de la casa de otras personas. En este caso, de una persona con una casa tan guay (que un adulto tenga a R2D2 en el pasillo, estanterías de cómics por el pasillo y miniaturas de Star Wars es guay, hay que admitirlo) no se podía esperar más que cosas buenas.

Cosas, como este blog. Sí, esto es una recomendación. Me gusta irme por las ramas. Como si no me conociéseis...


A disfrutar ;)

jueves, 14 de junio de 2012

#SoyFelizCon

Fácil.

#SoyFelizCon el sonido del hielo resquebrajándose al echarle la cocacola.

#SoyFelizCon el sonido y el olor de las palomitas explotando en el microondas. El mejor sonido (y olor) del mundo, por cierto.

#SoyFelizCon la gente que no dice delante mío, sino delante de mí. Y si ya usan bien el imperativo, hasta les doy dos besos.

#SoyFelizCon mis cuñas de esparto.

#SoyFelizCon mi equipo de SuperMonis, preparando el campamento.

#SoyFelizCon los libros de Benjamin Lacombe.

#SoyFelizCon el sonido de llamada del Skype.

#SoyFelizCon It's Not Unusual.

#SoyFelizCon David Boreanaz. Joven. *babas*

#SoyFelizCon una peli en italiano. Aunque no sea buena.

#SoyFelizCon hierba, sol y un cuaderno Moleskine, entero por escribir.

#SoyFelizCon los recuerdos de Roma. Un día viviré allí, os lo voy avisando. En el Trastevere. Con una vespa roja.

#SoyFelizCon las historias de piratas.

#SoyFelizCon esas tradiciones que te alegran la tarde.

Ciertas pequeñas cosas te impulsan a seguir viviendo. Es guay ^^

lunes, 4 de junio de 2012

Vietato.

Prohibido prohibir.

Prohibido mirar al pasado con algo que no sea satisfacción. Ni pesar, ni arrepentimiento, ni nostalgia. ¿Que todo tiempo pasado fue mejor? ¡Pues no me lo creo!

Prohibido mirar a los demás con envidia, resentimiento u odio.

Prohibido no aprovechar cada segundo de cada día.

Prohibido no perder el tiempo.

Prohibido marcarse metas imposibles.

Prohibido no soñar con tocar la luna.

Prohibido llorar por nada. Permitido llorar por todo lo que suponga una intensa emoción, una descarga de humanidad inevitable.

Prohibido echar de menos a los que están mejor lejos. Permitido añorar a los que deberían estar un poquito más cerca.

Prohibido asustarse del futuro.

Prohibido recordar sólo lo malo y dejar que te reconcoma.

Prohibido recordar sólo lo bueno y que esto te impida ser realista.

Prohibido ser realista.

Prohibido deshacerse de los buenos recuerdos porque duelen. Sólo de las cicatrices se aprende.

Prohibido mantener un tanteo con lo bueno y lo malo que la vida te ha dado.

Prohibido andar por el sendero mil veces hollado por pies autómatas, que sólo buscaban la meta y no el camino.

Prohibido dejar que tu vida transcurra tranquila, sin sobresaltos.

Prohibido vivir sin música, sin arte, sin poesía.

Prohibido aburrirse de la vida. Prohibido, por supuesto, anhelar la muerte.

Y tú, ¿qué prohíbes?

jueves, 17 de mayo de 2012

Sol

Soy como las plantas. Me podría alimentar de la luz del sol durante días. De sol y chocolate. Y de alguna que otra sonrisa.

Cada vez necesito menos para ser feliz. Respirar hondo al despertarme. Y no romperme al dejar escapar el aire. Que el metro llegue a su hora. Ponerme sandalias. Encontrar un vestido con bolsillos. Saber montar claras de huevo. Tener un mini-rosal macetero. Que no se me rompa el esmalte verde a los dos días. Que haya una nueva película de Tim Burton. Aparcar a la primera. Mi celo-arco iris. Que el Ratoncito Pérez llegue a Bolivia. Tener un pinsajo. Que haya concierto de Extremoduro, aunque no tenga nadie con quien ir. Ver películas en italiano. Irme a Roma. Primeros avisos de mini-independencia. Que me digan que el dragón lo llevo dentro.

Antes, necesitaba un buen chute de felicidad con la forma de tu sonrisa, todos los días. Ahora, como los yonkis, aprendo a ser feliz con un poco de metadona y un poco de optimismo. Y un poco de sol.

Por favor, que no se lleven el sol. Lo necesito, después de tanta lluvia.

sábado, 5 de mayo de 2012

Twitter

Bueno, si alguno me sigue por Twitter, verá que cada vez estoy más activa (y más adicta, desgraciadamente...). Es por eso que he decidido crear un Twitter con este nick y para este blog. En él habrá enlaces a las entradas de esta web, del Hilo Azul y del ascensor (vamos, autobombo puro y duro), minirrelatos, frases propias y algunas relacionadas con la escritura que me gustan. Espero que sea interesante y que me dé la vida para mantener ambas cuentas, la personal y esta, la "oficial", digamos.

Si alguno tiene interés, me podrá encontrar buscando @Palabras_Wiz en Twitter ^^

¡Espero que alguien me siga! xD


jueves, 19 de abril de 2012

Welcome to the Jungle

Hay arañas de cristal recorriendo mis sueños, correteando por las oscuras ciudades oníricas de mi interior.

Hay perros mudos aullando a las farolas, lobos callejeros que olvidaron las palabras y sólo saben cantar.

Hay mariposas albinas, huidizas, asustadas, con sus quebradizas alas descoloridas volviéndose opacas a la luz del sol.

Hay espectros tendidos en el asfalto, sombras de los gatos atropellados hace un millón de años.

Hay enredaderas secas colgando de tu balcón, vestigios de cariño que no pudimos trasplantar.

Hay inmensos charcos transparentes que no se secan y no crecen, testigos de la última lluvia que cayó en diciembre.

Hay un chamán que desaparece en las esquinas, negándome su hechizo y mi cura, incapaz de cargar con mi insomne enfermedad.

Hay un susurro sibilante que se esconde en las avenidas, que se desliza en silencio, que se aproxima a espiar mis sueños.

Hay una ciudad plagada de cadáveres de tu recuerdo, asolada por una niebla de fantasmas. Hay, a veces, muy pocas veces, una ciudad diurna, alegre, que revienta de vida, que se acerca pero no me toca. No es la mía, no me pertenece. Mía es esta ciudad muerta donde una milenaria garra negra se extiende sobre terciopelo azul ultramar, intentando arañar una eternidad lunar que sé que no existe.

sábado, 7 de abril de 2012

Los amantes.

Y es sólo entonces 
cuando están muertos, cuando están vestidos, 
que la ciudad los recupera hipócrita
y les impone los deberes cotidianos. 

martes, 27 de marzo de 2012

Looking Forward To...

This week, Mr. Shue made us think about what we were looking forward... Wanna give it a try?

Tengo ganas de ver cómo me sale un examen de literatura con un profesor decente. 

Tengo ganas de ver cómo es este verano. Va a ser un verano muy distinto de los anteriores, intuyo.

Tengo ganas de ver cómo es Bolivia.

Tengo ganas de ver en qué trabajo, cómo acabo saliendo de la UAM.

Tengo ganas de ver mi primer libro. Muchas, muchas ganas.

Tengo ganas de saber si algún para siempre es de verdad.

Tengo ganas de ver qué estudian mis sobris.

Tengo ganas de ver si mis hijos serán tantos como espero y si también tendrán los ojos verdes.

Tengo ganas de ver cuánto mundo recorro antes de que se me congele la vida.

Hay días en los que la vida simplemente es una mierda. Días en los que querrías meterte en la cama y dormir hasta dentro de, no sé, tres o cuatro años. O tres o cuatro siglos. Pero después, siempre vendrán días en los que le puedas decir a alguien que la vida apesta pero, a pesar de todo, no sabes por qué, vale la pena ser vivida.

domingo, 25 de marzo de 2012

¡La Muerte!

Yo la he visto. No es demacrada y mustia
ni ase corva guadaña, ni tiene faz de angustia.
Es semejante a Diana, casta y virgen como ella;
en su rostro hay la gracia de la núbil doncella
y lleva una guirnalda de rosas siderales.
En su siniestra tiene verdes palmas triunfales,
y en su diestra una copa con agua del olvido.
A sus pies, como un perro, yace un amor dormido. 

lunes, 19 de marzo de 2012

La nuit.

Últimamente, la noche se me hace corta. La tengo que compartir con demasiada gente que se me cuela en los sueños y en las preocupaciones. Quiero una noche larga, inmensa, eterna, para mí sola. Quiero que me dejen a solas con mi cabeza, para que podamos hablar tranquilamente y ponernos de acuerdo, sin tanta intervención. Y eso necesito hacerlo de noche. Pero la noche, una vez más, me está fallando.

Hay demasiada gente y una sola noche. Y yo quiero a la noche toda para mí, no quiero compartirla. Noche, eres una puta. Quiero que lo sepas.  

jueves, 15 de marzo de 2012

Carlos.

- ¿Te puedo enviar unas cosas que escribo?

-Claro, pero yo no tengo poder de publicación, o...

-No, no. Sólo necesito que alguien me diga si valen la pena.

- ¿Y si te digo que no? ¿Que lo dejes? ¿Qué harás entonces?

-Seguir escribiendo. No puedo hacer otra cosa.

-Entonces, vale. Mándamelos.

domingo, 26 de febrero de 2012

Pero dos no es igual que uno más uno.

Ni uno más uno son siete.

Las matemáticas fallan constantemente, por esta maldita subjetividad que la vida se empeña en tener.

Me contaron una vez que, bajo el caos aparente que domina el mundo, subyace un orden matemático perfecto. Pues vale. Que venga el orden. Porque como se me salga una sola cosa más de su sitio, un pequeño y diminuto detalle más donde no debería estar, es muy probable que mate a alguien.

Quien avisa no es traidor.

martes, 21 de febrero de 2012

Hermana

Nunca te he dicho cuánto llego a añorarte,
porque me falta la voz, las palabras no bastan.
Muy bien, vete, vive tu maldito destino,
entrégate a quienes no te merecen
hasta que de ti no quede más que nada.
Pero recuerda, hermana, que te espero;
que un día, recuerda, prometiste volver a casa.
Sé que no te alcanza mi voz cansada,
que nos falla la distancia,
pero aun así te hablo, te mando mis ganas,
no se te ocurra desfallecer y volver agotada.
Vuelve llena de ilusión y fuerza,
como te fuiste. Vuelve plena de vida,
Laura.

jueves, 9 de febrero de 2012

Ojalá me hubiera dado cuenta antes.

No siempre lo urgente es lo importante.

Pero a veces la vida te pone las prioridades en su sitio. Estoy de acuerdo, hay que hacer las cosas urgentes. Hay que hacerlas rápido y, a ser posible, bien.

Pero las cosas importantes... Las cosas importantes hay que mimarlas, hay que saborearlas, hay que agradecerlas. Las cosas importantes vienen con papel de regalo y hay que desenvolverlas despacio, darte cabal cuenta de que estás recibiendo un regalo.

Estoy recibiendo un montón de regalos y mimos de la vida últimamente. Que lo sepáis.

domingo, 29 de enero de 2012

Grande, Lorca. Inmenso.

Medio pan y un libro

"Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre', piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.
Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.
No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.
Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?
¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor', y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!'. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.

Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura'. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz.

sábado, 28 de enero de 2012

¡Au!

¿Por qué has hecho eso?

No importa, está en el pasado.

Sí, pero aún duele...


Supongo que ya estoy más que cansada de huir. Es hora de aprender.

jueves, 19 de enero de 2012

Predicciones (no tan) absurdas.

Me duele estar viva. Me duele cada segundo que se derrama sobre nosotros, cada momento que se desliza por los límites de la conciencia y se nos escapa. Creo que he vivido todo lo que tenía asignado,  que he consumido mi felicidad demasiado rápido, con ansia, y ahora ya no queda nada. La he quemado en tu sudor. Me duele la luz del sol y ver que se hace de noche, porque se me ha olvidado otra vez vivir el día. Me duele respirar, dejar que el mundo entero me entre hasta el fondo de los pulmones y no saber a qué sabe y tener que dejar escapar el aire en sollozos y en suspiros. Me duelen los sueños, porque siempre parecen más vívidos y mejores que esta realidad que me ahoga.
Me duele el futuro que se nos echa encima, que nos devora el presente sin que nos demos cuenta. Dentro de poco serás pasado y no sabré qué fue de tus labios. Y reharé todos los recuerdos hasta que no sean más que fotos quemadas y me reduciré a las lágrimas no derramadas. Todo lo que lloré se ha ido también y sólo quedan regueros secos en la arena de mis mejillas.
Me deshago, me disuelvo, me pierdo como las motas de polvo que bailan en el haz de luz de mi ventana. Me encojo, arrugo y desaparezco. Tengo los huesos de cristal y sólo dieciocho años corriendo por las venas. Soy un cable pelado y suelto chispas que te espantan. Sé que sabes que yo ya no sé nada. No existen seguridades.
Y un así tengo la absoluta y desgarradora certeza de que nos acabamos y la culpa es mía. No es culpa de nadie que seamos tan diferentes, pero mía es la angustia por lo que se aproxima, míos los pasos que tropiezan por no mirar por dónde voy. Carpe, Carpe, Carpe Noctem. Palabras que se quedan pegadas en la lengua y se estampan en la pared de mis dientes, sin llegar al corazón. ¿Qué hago? ¿Qué quieres que haga? Siempre has sido más listo que yo. Dime qué tengo que hacer para ganarle la carrera al miedo y retrasar mi muerte unos días.
Quiero imaginarme tu ausencia con el horror debido, con la congoja que la vida sin ti me produce. Pero ahora llega la duda. Quizá sea lo mejor… Entonces sí lloro. No porque te vayas, sino porque a lo mejor me da igual. Pero te echo de menos, te añoro tanto que me sangra el alma. No sé lo que quiero, y recurro al único consuelo que no precisa palabras. Señor, hágase en mí según tu voluntad. Pero, si es posible, aparta de mí este cáliz. Vivo mirando al cielo con estos desgraciados pies míos anclados a la tierra.
Ayer soñé que volaba una cometa. Era verde y negra, brillante, rapidísima, hermosa. Surcaba el cielo y el viento la acariciaba y arrancaba de la seda el sonido de tu risa. Yo la miraba, maravillada, y dejaba que siguiese su voluntad, porque era imposible dirigirla. Una vez lo intenté, como vi hacer a otros, pero me corté. Mi cometa era distinta: nunca me obedecería. Y, de pronto, cambió el viento y la cometa comenzó a tironear de la cuerda en mis manos, con insistencia. Yo la miré, impotente, desde el suelo. Nunca nadie me había enseñado a volar. Al final, abrí los dedos, despacio, y dejé que la cometa y la vida se me fuesen. Desperté vacía.
Mi alma se pasa el día gritándome, porque ya no sé quererte. Y aun así te quiero. Te quiero, te quiero, te quiero. ¿Me oyes? ¿Significan todavía algo mis palabras? Quiéreme, por favor. Prometiste que seríamos eternos; seámoslo. Cántame una canción, escríbeme un poema, escríbeme mil. Tengamos un hijo. Signifiquemos algo para el resto. Quiero recuerdos inolvidables para cuando estemos muertos. Y, sin embargo, nuestro final feliz para siempre es el único que puedo escribir. No quiero un punto final, quiero infinitos puntos suspensivos.
Bésame hasta que me rompas la boca. Mézclate con mi piel, huéleme. ¿Qué postre crees que seré hoy? Vamos, dímelo. Recorre una vez más las líneas de mi espalda y déjame ser de nuevo todo dulzuras. Para los golpes, detén el sarcasmo y bésame. Muérdeme los labios, maldita sea. Arráncame de una vez el alma y la ropa, acaba con esta lenta agonía. Mátame, por favor. Porque, aunque ya no sé quererte, te quiero.

miércoles, 18 de enero de 2012

Reto 2012

Este año retomo el reto del año pasado, porque me gustó mucho mucho y en 2011 lo conseguí de milagro... ¿Qué tal se me dará este año? Se admiten apuestas xD


Libros leídos

  1. Los juegos del hambre (Suzanne Collins) -- Sencillamente, brutales.
  2. En llamas (Suzanne Collins)
  3. Sinsajo (Suzanne Collins) -- No están a la altura de la primera parte, pero le dan un cierre muy digno a la saga.
  4. La metamorfosis o El asno de oro (Apuleyo)
  5. La tía Julia y el escribidor (Mario Vargas Llosa)
  6. El retrato de Dorian Gray (Oscar Wilde) -- Anonadada me hallo. No me puede de gustar más.
  7. El nombre de la rosa (Umberto Eco)
  8. Porque éramos jóvenes (Josefina Aldecoa)
  9. El síndrome de Mozart (Gonzalo Moure) -- Releído. O redescubierto, más bien.
  10. Elogio de la madrastra (Mario Vargas Llosa) -- Pues oye... Este señor tiene cosas infinitamente mejores.
  11. Algún amor que no mate (Dulce Chacón)
  12. Harry Potter y el prisionero de Azkaban (J.K. Rowling) -- Releído, por supuesto. Qué queréis que os diga, le quiero.
  13. Brevísima relación de la destruición de las Indias (Bartolomé de las Casas) -- Ojalá fuese tan breve como indica el título...
  14. Harry Potter y el Cáliz de Fuego (J.K. Rowling) -- Releído.
  15. Harry Potter y la Orden del Fénix (J.K. Rowling) -- Jo, menos mal que me había propuesto no releer este año... Me vicia demasiado xD
  16. Harry Potter y el Príncipe Mestizo (J.K. Rowling) -- Releído.
  17. Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (J.K. Rowling) -- Releído.
  18. Death Note 1
  19. Platero y yo (Juan Ramón Jiménez)
  20. La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada (Gabriel García Márquez)
  21. Las armas secretas (Julio Cortázar)
  22. Death Note 2.
  23. Death Note 3.
  24. Entrevista con el vampiro (Anne Rice) -- Releído.
  25. Death Note 4.
  26. Death Note 5.
  27. Death Note 6.
  28. El temblor del héroe (Álvaro Pombo).
  29. El camino a la felicidad (Eduard Punset) -- Este hombre es adorable, pero se le va un poco la pelota...
  30. Poesía lírica (Sor Juana Inés de la Cruz) -- No me cae bien.
  31. Death Note 7
  32. Death Note 8
  33. La conjura sixtina (Philipp Vandenberg) -- Un poco chusta, fracamente.
  34. El miedo (Guy de Maupassant) -- Una colección de cuentos maravillosa.
  35. Danza de dragones (JRR Martin)
  36. Cuentos de amor de locura y de muerte (Horacio Quiroga) -- No tan buenos como me esperaba. Aun así, bonito.
  37. Carta a un padre (Franz Kafka) -- Desgarradora.
  38. La sonrisa etrusca (José Luis Sampedro) -- Preciosérrimo. Y encima, en Italia, qué más se puede pedir...
  39. Hija de la fortuna (Isabel Allende) -- Precioso.
  40. Cantar de Mío Cid (Anónimo)
  41. Lazarillo de Tormes (Anónimo) -- Un imprescindible.
  42. La naranja mecánica (Anthony Burgess) -- Escalofriante.
  43. La familia de Pascual Duarte (Camilo José Cela) -- Aunque tenga un final un poco decepcionante, una obra maestra.
  44. Jarifas y Abencerrajes (anónimo).
  45. La bella bestia (Alberto Vázquez-Figueroa) -- No está especialmente bien escrito y tampoco es que sea una revelación respecto al tema, pero toda concienciación sobre el nazismo es necesaria. Me ha gustado.
  46. Death Note 9
  47. Death Note 10
  48. Milagros de Nuestra Señora (Gonzalo de Berceo)
  49. El sabueso de los Baskerville (Sir Arthur Conan Doyle) -- Aunque no aguante al petardo de Holmes y Watson me parezca una persona esencialmente lela, me encantan estos libros. Muy paradójico, todo.
  50. Ella, que todo lo tuvo (Ángela Becerra) -- íntima, dolorida, te habla directamente al alma. Si pasas lo que te está contando por la cabeza, se estropea un poco. Maravillosa.
  51. Historia de una maestra (Josefina Aldecoa) -- preciosa, emocionante, toda una lección. Imprescindible, por supuesto, para todo el que quiera ser profesor.
  52. Mujeres de negro (Josefina Aldecoa)
  53. La fuerza del destino (Josefina Aldecoa) -- un final que, creo, desmerece un poco el resto de la trilogía. Aun así, una voz narrativa muy difícil y muy bien conseguida.
  54. El Libro de Buen Amor (Juan Ruiz, Arcipreste de Hita) -- No le deseo a nadie tanto dolor. A patir de las cien páginas, es agónico.
  55. Poesía (Jorge Manrique) -- Para ser medieval, excelente, hay que admitirlo.

Sublistas

Libros nuevos.

  1. Los juegos del hambre (Suzanne Collins)
  2. En llamas (Suzanne Collins)
  3. Sinsajo (Suzanne Collins)
  4. La metamorfosis o el asno de oro (Apuleyo)
  5. La tía Julia y el escribidor (Mario Vargas Llosa)
  6. El retrato de Dorian Gray (Oscar Wilde)
  7. El nombre de la rosa (Umberto Eco)
  8. Porque éramos jóvenes (Josefina Aldecoa)
  9. Elogio de la madrastra (Mario Vargas Llosa)
  10. Algún amor que no mate (Dulce Chacón)
  11. Brevísima relación de la destruición de las Indias (Bartolomé de las Casas)
  12. Platero y yo (Juan Ramón Jiménez)
  13. La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada (Gabriel García Márquez)
  14. Las armas secretas (Julio Cortázar)
  15. El temblor del héroe (Álvaro Pombo)
  16. El camino a la felicidad (Eduard Punset)
  17. Poesía lírica (Sor Juana Inés de la cruz)
  18. La conjura sixtina (Philipp Vandenberg).
  19. El miedo (Guy de Maupassant)
  20. Danza de dragones (JRR Martin)
  21. Cuentos de amor de locura y de muerte (Horacio Quiroga)
  22. Carta a un padre (Franz Kafka)
  23. La sonrisa etrusca (José Luis Sampedro)
  24. Hija de la fortuna (Isabel Allende)
  25. Cantar de Mío Cid (Anónimo).
  26. Lazarillo de Tormes (Anónimo)
  27. La naranja mecánica (Anthony Burgess)
  28. La familia de Pascual Duarte (Camilo José Cela)
  29. Jarifas y Abencerrajes (Anónimo)
  30. La bella bestia (Alberto Vázquez-Figueroa)
  31. Milagros de Nuestra Señora (Gonzalo de Berceo)
  32. El sabueso de los Baskerville (Sir Arthur Conan Doyle)
  33. Historia de una maestra (Josefina Aldecoa)
  34. Mujeres de negro (Josefina Aldecoa)
  35. La fuerza del destino (Josefina Aldecoa)
  36. El Libro de Buen Amor (Juan Ruiz, Arcipreste de Hita)
  37. Poesía (Jorge Manrique)

Manga.

  1. Death Note 1.
  2. Death Note 2.
  3. Death Note 3.
  4. Death Note 4.
  5. Death Note 5.
  6. Death Note 6.
  7. Death Note 7.
  8. Death Note 8.
  9. Death Note 9
  10. Death Note 10

Libros releídos.

  1. El síndrome de Mozart (Gonzalo Moure)
  2. Harry Potter y el prisionero de Azkaban (JK Rowling)
  3. Harry Potter y el cáliz de fuego (JK Rowling)
  4. Harry Potter y la Orden del Fénix (JK Rowling)
  5. Harry Potter y el Príncipe Mestizo (JK Rowling)
  6. Harry Potter y las reliquias de la muerte (JK Rowling)
  7. Entrevista con el vampiro (Anne Rice)
  8. Ella, que todo lo tuvo (Ángela Becerra)


jueves, 12 de enero de 2012

Pobre corazón...

que no sabe qué decir: si te vas por lo que soy, o por lo que nunca fui...

A veces pienso que debería dejar de hacerme ilusiones con cosas que sé que nunca van a pasar. Racionalmente, estoy totalmente convencida de la imposibilidad de los hechos, pero el corazón... ay, amigo. El corazón es una cosa bien distinta. En mi caso, una cosita estúpida que insiste en que todo es posible.

A lo mejor es porque, al contrario que Pandora, yo he dejado entrar a todos los errores, pero no fui lo suficientemente rápida para cerrarle la caja a la esperanza. Y aquí me tienes, contemplando un mundo destrozado, con una criaturilla pequeña subida al hombro, susurrándome que todo es posible. Que cualquier cosa puede pasar en este mundo de locos...

Qué cosa, el corazón.

sábado, 7 de enero de 2012

Se acabó

Se ha acabado la fase de autocompasión, del no tengo buenas ideas, del no tengo tiempo para escribir. Me quejo de que no me publican nada y de que no gano ningún concurso, pero la cosa es que hace años que no me pongo en serio. Y se acabó. A lo mejor es porque acabo de leerme El Alquimista y me he vuelto a plantear si esto de escribir es algo que me he metido en la cabeza desde pequeñita y no es verdaderamente lo mío, o si es mi Leyenda Personal. Y, ¿sabéis qué? Que a lo mejor me he empeñado yo, pero a fuerza de empeñarme ya no puedo pensar en mi vida sin, por lo menos, intentarlo.

Y lo voy a intentar. Ya os iré contando los resultados pero a Dios (y al mundo bloggero) pongo por testigo, que este año me voy a convertir en una puñetera escritora de verdad.

jueves, 5 de enero de 2012

DGT

Hoy, aunque soy fina y recatada, ya me conocéis todos que me expreso con exquisita corrección, quiero hacer un furibundo alegato contra los hijos de perra de Tráfico. Concretamente, con el mono delante de un ordenador que han colocado para decidir la fecha de los exámenes. Aunque, sinceramente, esto es demasiado ofensivo para los pobres primates, que son simpáticos y agradables en la mayoría de las ocasiones. Los de Tráfico, en cambio, son siempre unos cabrones sinvergüenza.

Y es que no tiene otro nombre que te tengan, a cuatro días de empezar los exámenes de la facultad (esos que se molestan en fechar con meses de adelanto porque, al parecer, es algo que no prohíbe ninguna religión o legislación vigente...), haciendo malabarismos a ver cuándo les va a dar por poner el examen, para ver si te coincide con el de una asignatura que llevas meses estudiando, o no. No lo puedes saber porque, obviamente, la fecha de los exámenes prácticos de conducir se fija según los posos del café, la conjunción de los astros o cuánto les apetezca trabajar a los examinadores y eso, como sabe todo el mundo, no se puede predecir con antelación.

Esto, junto a examinadores con un obvio retraso y el pastón que te cobran cada vez que intentas sacarte el puñetero carnet (esto es algo contra lo que también me gustaría hacer un alegato, el hecho de tener que doñnar un riñón cada vez que te quieres examinar de cualquier cosa... es maravilloso), me hace pensar que... ¡Tiro en la nuca, ya!

Me estreso ¬¬

lunes, 2 de enero de 2012

2011

El año más largo de mi vida. Porque pasaron tantas cosas, que ya no me acuerdo cómo era antes. Cómo me sentía ni por qué. Este año, lo digo en serio, soy una persona nueva.

Porque no me acuerdo cómo era antes de Selectividad, antes de toda esa presión por "el examen más importante y más chorra de tu vida". Cómo era pasear por los pasillos del instituto cuando era mío y no como una extraña, cómo se ponía poker face en clase de lengua. No sé cómo era antes de asociar el latín a la poesía. No sé cómo pude vivir antes de dar una clase de Historia del Arte.

No me acuerdo cómo era antes de pasar una semana en Benidorm, porque ahora todo me recuerda a ellas.

No me acuerdo cómo era antes de coger un coche y frustrarme y frustrarme y frustrarme. Tres veces ya. Pero, aun así, me encanta conducir.

No me acuerdo de cómo era antes de hablar italiano. Perchè è la la lingua più bella dil mondo.

No me acuerdo de cómo era antes de ir a la facultad. De la hora de viaje, de nadar a las diez de la mañana y después irte a clase, de Mariano de la Campa y Luis Eguren y los trabajos de léxico. De que me gusten todas y cada una de mis asignaturas. De que todos los días sean buenos.

No me acuerdo de cómo eran los campamentos antes de ser monitora. No me acuerdo de cómo era veros todos los domingos, al completo. De teneros ahí siempre.

No me acuerdo de cómo eran las calles antes de los coches amarillos. Ni de cómo se veía una peli sin palomitas. Ni sin ti.

No me acuerdo de cómo era antes de que Harry Potter se acabase, ya del todo. Que no hay nada nuevo por salir, ninguna fecha marcada en el calendario con meses de adelanto. Diez años cerrados, y aún me acuerdo de cuando leía La Cámara de los Secretos a escondidas por la noche.

No me acuerdo de cómo era antes de ver a Kutxi Romero en directo. Y eso que fue hace dos días. Estaré más guapa cada día, pero tengo la memoria endeble.

No me acuerdo de cómo era mi vida antes de saber que te ibas. Más fácil, seguramente. Menos trágica. Pero no pasa nada. A lo mejor, con esta memoria que tengo, se me olvida de cómo era cuando estabas aquí y me acostumbro a tu ausencia. Seguramente, no. Pero hay que sobrevivir de alguna manera.

Brindo, entonces, por el DosMilOnce.

Y a Dios le pido que en el DosMilDoce pasen tantas cosas, que se me olvide cómo era yo antes.